
Superior a mí
es la fuerza que me lleva en el pulso que mantengo
con la oscuridad que tiñen de oscuro tus ojos negros.
Y qué me cuentas del tiempo que pasa en su pestañeo
y que me trae por esta calle de amargura y de lamento.
Que yo sé que la sonrisa que se dibuja en mi cara
tiene que ver con la brisa que abanica tu mirada.
Tan despacio y tan deprisa, tan normal y tan extraña.
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